La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos considera que, tras la aprobación por parte del Parlamento Europeo de una Resolución sobre la protección de la ganadería y los grandes carnívoros, los planteamientos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) en cuanto a la gestión del lobo «quedan en entredicho».
La organización ha señalado que el Parlamento Europeo «saca los colores» al Ministerio al recalcar que es esencial para una buena gestión recopilar datos de «alta calidad, comparables y normalizados para una evaluación eficaz de los niveles de población» algo que el Departamento que dirige Teresa Ribera «no hizo en un alarde de superioridad ideológica».
«Como ya denunciamos, el cambio en el estatus de protección del lobo en España no ha ido precedido de un estudio de la situación actual de la especie, una actualización del censo a nivel nacional con base científica, así que la Estrategia es, cuando menos, cuestionable», ha afirmado.
Asimismo, en la resolución, el Parlamento pide que la Comisión y Estados miembros informen sobre el impacto de la presencia de grandes carnívoros en Europa en el contexto de aquellos factores socioeconómicos que afectan a la viabilidad de la ganadería, las comunidades rurales y el turismo rural, incluido el relevo generacional en la agricultura. En este sentido, Unión de Uniones ha subrayado que ya solicitó al Gobierno un informe de impacto con puntos similares previo al incremento de la protección del lobo y «tampoco se tomó en consideración dicha propuesta».
«Ahora que lo dice Europa, quizá el Miteco decida cambiar algo, pero no somos muy optimistas. Lamentamos que el Ministerio no entienda que las ganaderías extensivas, más afectadas por los ataques de lobo, son también las que preservan otras tantas especies y hábitats y también un espacio rural y un tejido económico en riesgo de desaparición, pero estas no parecen despertar tantas pasiones en ciertas organizaciones y administraciones», ha apuntado.
Unión de Uniones también considera que los criterios establecidos en la Estrategia del Lobo para la gestión poblacional «prometen ser un tortuoso proceso burocrático y considera que no se alinean al 100% con las flexibilidades que establecería la Directiva Hábitats».
La organización ha indicado que el sistema que venían haciendo las comunidades autónomas «era mejorable», pero en el planteado, a su juicio, «es mucho peor y se tiene mucho menor conocimiento sobre cómo evolucionan las poblaciones».