Esa botella que planeas abrir ya tiene un decantador a su altura (680mm para ser exactos): el amadeo doble magnum.
Que un vino respire significa que se convertirá en uno más redondo y atractivo para esas papilas gustativas que saben ya de sobra lo que es beber bien. Posos aparte, hay vinos que están destinados a regodearse en la tan ansiada oxigenación para llegar a ser todo lo que se espera de ellos, siendo un decantador el espacio que escogen para recrearse. A mediados del siglo XX, la familia austríaca al mando de la firma Riedel puso al mundo del vino de cabeza con su colección de cristalería y ahora se ha ‘decantado’ por el Amadeo Doble Magnum: una pieza exclusiva (de la cual solo se fabrican 100 piezas anuales) elaborada con vidrio soplado a boca, sin uso alguno de moldes y con una capacidad de hasta tres litros de líquido (para que nunca te falte de nada). Dos aperturas en cada extremo se encargan de recibir y servir el vino entre curvas, enfrascados en una silueta que recuerda a una lira. Barato no es (990 €), pero la exquisitez (casi) nunca lo ha sido. Creado en honor a Mozart, la sinfonía que regala esta pieza elaborada a tres manos por expertos sopladores es equiparable a las obras maestras del músico: únicas y genuinas.