Nombres propios

Cuando el olor a fritanga puede ser motivo de denuncia

Una pareja italiana de 78 años ha sido condenada a pagar 2.000 euros y los gastos del proceso judicial por una multa de “acoso olfativo” en la ciudad de Gorizia.

Sí, habéis leído bien. Aunque muchos penséis que la medida es un tanto exagerada, el juez a cargo del proceso judicial ha confirmado que al estar dentro de la ley que prohíbe el “arrojamiento peligroso de cosas” en espacios compartidos la denuncia impuesta por los vecinos está totalmente justificada.

El problema comenzó cuando los vecinos que vivían en un piso por encima de los denunciados ya no podrían aguantar más el olor, los humos y malos olores que le llegaban a casa a través de una fisura que había en la salida de humos de la cocina. “Todo mi apartamento se impregnaba con el olor de salsa para la pasta y pescado frito. Parecía que su cocina estaba en mi casa”, explicaba uno de los denunciantes a Cadena SER.

La pareja de ancianos decidió apalear a un tribunal superior de Trieste la denuncia y éste ratificó la sentencia acusándoles nuevamente por comportamiento antisocial. Posteriormente los denunciados llevaron el caso a Roma donde se confirmo las resoluciones emitidas por los tribunales de Gorizia y Trieste.