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Cómo una corteza de pizza ayudó a detener a un asesino en serie de Long Island

Los investigadores relacionaron una serie de pruebas, entre ellas una corteza de pizza, con el sospechoso acusado de algunos de los asesinatos de Gilgo Beach.

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Cuando la realidad supera la ficción, y nos adentra en una auténtica historia de true crime, pueden resolverse casos o misterios incluso con cortezas de pizza. Un irónico suceso, y a la vez eficaz, que ayudó a detener a un asesino en serie de Long Island.

Por si te perdiste este episodio, Long Island (NY) tiene un asesino en serie que se declaró inocente de los cargos de asesinato relacionados con los homicidios de tres mujeres de los llamados ‘Gilgo Four’, Melissa Barthelemy, Megan Waterman y Amber Costello, cuyos restos fueron hallados cerca de otra de las víctimas, Maureen Brainard-Barnes, en un radio de 400 metros cerca de la playa de Gilgo en diciembre de 2010.

Pues bien, el sospechoso del caso ha sido identificado como Rex Heuermann, de 59 años, según las fuerzas del orden encargadas de resolverlo, y ha sido acusado de asesinato en primer grado y en segundo grado.

Este caso se descifró a través de la conexión de una serie de pistas y pruebas que derivaron en su arresto. Una de ellas fue la de la pizza. Y es que, Heuermann solía desplazarse de Long Island hasta Penn Station para trabajar como arquitecto en Manhattan. Allí, según documentos judiciales publicados recientemente, un equipo de vigilancia recuperó en enero de 2023 una caja de pizza -con todos los restos de la corteza de la pizza– tirada por Heuermann a un cubo de basura en la Quinta Avenida de Manhattan.

Unos meses más tarde, se encontraron partículas de pelo en una de las víctimas que coincidían directamente con el ADN detectado en la corteza de la pizza, convirtiéndose en una prueba definitoria más para que las autoridades ordenaran la detención de este asesino en serie de Long Island.