Gastro

Cómo saber dónde comer un buen arroz cerca de la playa

Con estos sencillos consejos y un poco de sentido común acertarás (casi) seguro.

Sólo hay algo mejor en este mundo que comernos un buen arroz, de esos que están en su punto exacto. Y es hacerlo frente al mar. No hay paseo marítimo que se precie sin una considerable acumulación de restaurantes que proclaman a los cuatro vientos que sus paellas y arroces son una maravilla. Pero no es oro todo lo que reluce… y al igual que hay establecimientos que sirven auténticas delicias, otros se aprovechan de la aglomeración de turistas despistados para colarles unos arroces que son de juzgado de guardia… Entonces, ¿cómo saber dónde comer un buen arroz cerca de la playa? Pues siguiendo estos consejos. Así de fácil.

Consulta las guías especializadas

Posiblemente la recomendación más obvia de todas, pero por si acaso… Estas publicaciones están elaboradas por expertos que no sólo saben muchísimo de gastronomía, sino que además les apasiona el asunto. Ellos se han pateado el país de arriba abajo probando todos los restaurantes que han caído en su radar. Saben muy bien de lo que hablan y, por supuesto, saben diferenciar perfectamente un buen arroz de uno mediocre o uno malo. Y aunque hay decenas de guías de gastronomía, no hay ninguna comparable a la Guía Tapas (a ver qué vamos a decir nosotros si no…).

Pregunta a los lugareños

¿Te acuerdas cuando no existían los GPS y para llegar a un sitio tenías que preguntar a la gente por la calle? Pues esto es algo parecido… Los lugareños conocen cada metro cuadrado del sitio donde viven y todos los secretos. También los gastronómicos. Porque no, querido amigo, no todo está en TripAdvisor… Y a menudo el mejor sitio de arroces de un lugar no es el que está mejor ubicado ni el más llamativo, sino un modesto local al que, de no ser por los sabios consejos de los lugareños, jamás hubiéramos entrado.

No te fíes de los chollos

No se trata de ir de ‘millonetis’ por la vida, pero una cosa esta clara: la calidad se paga. Y, además, nadie da duros a cuatro pesetas… Por eso no nos fiamos demasiado de esos ‘ofertones’ impresos en grandes carteles o pintados en grandes pizarras que nos ofrecen un ‘exquisito’ arroz a precio de fastfood. También es aconsejable huir como de la peste de los camareros que te abordan al pasar junto a su restaurante como si de comerciales de una ONG se trataran para convencerte de que te sientes en su terraza. Y es que cuando sirves un arroz como mandan los cánones, no te hace falta ni tirar los precios ni avasallar a nadie para llenar tu restaurante.

Ten paciencia

Somos conscientes de que cuando el hambre aprieta podemos ser seres irracionales… Pero hay que ser fuertes y no dejarnos llevar por nuestro instinto de supervivencia y meternos en el primer antro que se cruce en nuestro camino. Lo aconsejable es recorrer la zona en la que estamos, sin prisa pero sin pausa, observar los distintos restaurantes y la pinta que tienen los arroces que se están sirviendo a los comensales (y sus reacciones al probarlos, claro). La recompensa merece la pena.