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Cómo incluso la moda le rinde culto al café

La obsesión colectiva por esta bebida ha estimulado desde las pasarelas de las últimas Semanas de la Moda hasta la creación de cafés vestidos de las identidades de las marcas.

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Teniendo en cuenta que el consumo de café diario en el mundo gira en torno a unas 2.6000 millones de tazas de café, no es de extrañar que incluso el mundo de la moda beba constantemente de este ritual cotidiano a la hora de desarrollar y subir sus diseños al estrado de la pasarela.

Un concepto latente que referenció Fendi a través de su propuesta primavera-verano 2024, en la que Silvia Fenturini sirvió, en medio de la fábrica de la campiña florentina, portacafés y tazas de café con los que reforzó el storytelling de la colección, y la historia subyacente centrada en los empleados de la firma de lujo.

Los portacafés de Fendi se presentaron en dos versiones confeccionadas en piel: una para transportar el café con una solapa plegable con tres agujeros sellado por el logo de Fendi Roma en los laterales, y otra que adquiría la forma del clásico portacafé de caja vestido con el monograma de Fendi.

Más allá de esas interpretaciones, otras marcas de referencia contemporánea como Louis Vuitton, bajo la visión de su nuevo director creativo Pharrell Williams, decoraron tazas de café con su nuevo ‘damoflage’, el estampado omnipresente de su última colección que fusiona el camuflaje clásico con el Damier de la casa francesa.

CAFÉS DE MODA

La moda parece estar bebiendo ahora más café que nunca, como un ritual estimulante que colisiona dentro del universo sartorial para capitalizarse por parte de las marcas, incluso a través de máquinas de miles de euros, que podemos ver proyectadas en catálogos online de webs como Ssense.

El café se convierte entonces en un fenómeno viral que materializó asimismo HELIOT EMIL en forma de juego de acero inoxidable para el café. Una iteración en la que la firma vanguardista reflejó su identidad minimalista de estética industrial, presentada en su portal de internet; mientras otras marcas como Prada lo hicieron en la vida real, abriendo una cafetería de inspiración Wes Anderson en el interior de Harrods.

Pero la lista no acaba ahí, y se extiende hasta los diseños arquitectónicos de otras firmas como Maison Kitsuné, Jacquemus, Saint Laurent, Dior o Aimé Leon Dore, la marca neoyorquina de Teddis Santis que abrió una cafetería y pastelería griega IRL en Mulberry Street.

Ralph Lauren, por su parte, con Ralph’s Coffee, expandió su universo a través de una docena de locales repartidos entre Europa, Estados Unidos y Asia, así como puso a la venta una serie de mezclas de la bebida diseñadas por la marca, para que sigamos rindiendo culto al café, pero en clave de lujo.