¿Eres más de bebidas frías o calientes? Tu decisión en el modo de consumo podría estar afectándote de lleno en tu estado de ánimo y en tu cuerpo, y ni siquiera eras consciente de ello. Así lo ha demostrado la Universidad Estatal de San Diego, que descubrió a través de un estudio que aquellos que consumían platos y bebidas calientes durante el invierno presentaban menos síntomas de insomnio o depresión.
En septiembre, se publicaría en la revista British Journal of Nutrition esta investigación centrada en cómo los alimentos y las bebidas servidos a diferentes temperaturas afectan tanto a nuestra salud digestiva como mental. Para comprender sus efectos, los científicos analizaron los datos de 212 adultos asiáticos y 203 adultos caucásicos (de entre 18 y 65 años) residentes en Estados Unidos.
Los participantes informaron entonces con qué frecuencia consumían bebidas y comidas calientes o frías, así como los momentos o las etapas en las que podían experimentar síntomas de depresión, ansiedad, insomnio y problemas gastrointestinales.
A través del estudio se descubrió, en gran medida, por los resultados de los asiáticos, que «un mayor consumo de bebidas frías en verano se asociaba con un aumento de la ansiedad», así como con la sensación de saciedad abdominal. También se llegó a la conclusión de que aquellos que consumían bebidas frías durante el verano presentaban tasas más altas de insomnio.
En la otra cara de la moneda, los investigadores revelaron que los participantes que consumían más bebidas calientes en invierno tenían menos síntomas de insomnio, gases y niveles más bajos de depresión. «Algo tan simple como la temperatura de lo que comemos y bebemos puede tener un impacto real en la salud», afirmó Tianying Wu, profesora asociada de epidemiología y autora principal del estudio, en un comunicado.