Grandvalira, además de ser un destino referente en la temporada de esquí, también está ampliando sus atractivos y potenciando la parte culinaria. Prueba de ello han sido las jornadas FuegoxFuego que celebraron hace unos días y en la que se reunieron chefs de la talla de Javier Brichetto, del restaurante Piantao en Madrid. El argentino, considerado una eminencia del asado, estuvo acompañado por los chefs de los restaurantes de Grandvalira, el Racó de Solanelles y el Refugio del Llac de Pessons. La propuesta gourmet de Piantao se trasladó de la capital a 2.000 metros de altura, para realizar un menú a 4 manos que combinaba fuego y nieve, y que tuvo a la carne como auténtica protagonista.
Divididas en tres servicios durante el fin de semana (cena de viernes y comida y cena de sábado), las Jornadas gastronómicas FuegoxFuego, en la que se dieron cita más de 200 personas, se celebraron en el Refugio del Llac de Pessons y en el Racó de Solanelles (la comida).
En el menú no faltaron carnes de máxima calidad como las estadounidenses Black Angus US Meat Export Federation y el U.S. Beef, así como la japonesa Wagyu, considerada una de las exquisitas del mundo. Y es que, teniendo en los fogones a Javier Brichetto, que se caracteriza por utilizar innovadoras técnicas de brasa, junto con los chefs Christian Moreau, Gerardo López y Juanjo Cubo, la velada fue una explosión de sabores argentinos, madrileños y andorranos. Como buen argentino, Brichetto domina a la perfección el asado, pero no se limita sólo a eso, “hago diferentes cortes de carne, con diferentes orígenes y cocción. Desarrollamos técnicas de cocción a partir de una pirámide en la que cocinamos directamente con piezas enteras: desde una entraña americana hasta un solomillo de Wuagyu japonés, todas ellas carnes que yo trabajo en mi restaurante y que, por primera vez, se han cocinado a más de 2.000 metros de altura”.
Unas jornadas únicas en un entorno inmejorable
Si a la propuesta gastronómica le sumamos el enclave de ensueño en el que se ubica el restaurante Racó de Solanelles, la experiencia ya se hace inmejorable. Ubicado a 2.500 metros de altitud y accesible con el Funicamp, la telecabina más larga de Europa, las jornadas fueron también un espectáculo visual gracias a su renovada terraza, un espacio cálido y cómodo con unas vistas privilegiadas. Asimismo, las cenas en el Refugio del Llac de Pessons también ofrecieron un plus, pues la llegada al restaurante se hizo subiendo en retrac hasta los 2.350 m de altitud donde está situado el espacio, uno de los más emblemáticos de Grandvalira con 30 años de trayectoria en la cocina de montaña.
“La gente no tiene noción de lo que supone cocinar en la nieve. Los ingredientes se transportan en una retrac que sube a la montaña. Cocinar con el fuego al aire libre y con la nieve no es solo una experiencia para mí, como cocinero, sino también para el que la vive como comensal”, reconocía el chef argentino al finalizar los servicios.
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