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Todo buen amante de Barcelona lo sabe: su agenda de ocio nunca defrauda, festivales, ferias, exposiciones, conciertos y gastronomía (entre otras muchas cosas…) mediante. Y de ahí que a la hora de visitar la ciudad, seamos muchos los que nos decantemos por un alojamiento estratégicamente ubicado que proponga una experiencia auténtica, personalizada e inmersiva, para así conectar con el estilo de vida de la urbe. Esa es precisamente la razón de ser del hotel ME Barcelona, que situado en una de las zonas más icónicas de la ciudad (junto a Passeig de Gràcia y con vistas a la icónica Casa Rocamora) se postula, además, como un auténtico epicentro cultural y social en el que arte, diseño, elegancia, moda, música y gastronomía se dan cita.
La marca de vanguardia ME by Meliá levantó sus persianas hace poco más de un año, pero ya ha conseguido posicionarse como una de las mejores aperturas dentro del sector de la hotelería del lujo contemporáneo. Y razones hay de sobra: es el primer cinco estrellas de nueva construcción que abre en la Ciudad Condal en los últimos años; diseñadores como Jaime Hayón, Ramón Úbeda, Otto Canalda, Antoni de Moragas, Ronan y Ewan Bouroullec firman las piezas de su mobiliario y decoración; y apuesta por tres conceptos gastronómicos diferentes, una piscina en la última planta y un gran jardín interior que funciona como pulmón verde, con grandes espacios para eventos.
Su diseño, toda una obra de arte
Fuente de inspiración y creatividad para todo aquel que lo visita, el hotel aúna arte contemporáneo y vanguardia gracias al trabajo de arquitectura del reconocido estudio barcelonés FITARQ y del desarrollo de los conceptos de interiorismo de Mur Arquitectos y ASAH. Tras seis años de renovación del edificio, cada uno de los espacios respira el ADN de la cadena ME by Meliá, pero esta vez con una mirada mucho más evolucionada. Sus 164 habitaciones y suites (distribuidas en 14 plantas), así como las zonas comunes, son el resultado de un ejercicio de diseño pensado para ofrecer la máxima calidad y una experiencia moderna que conecta con la cultura. ¿El resultado? Estancias muy relajantes e inspiradoras.
Para ello se ha contado con proveedores y fabricantes tanto locales como internacionales, así como con firmas de renombre y diseñadores para mobiliario, telas, lámparas, revestimientos, vidrios e iluminación, buscando transmitir a los huéspedes toda la esencia de la ciudad desde una mirada actual. Como botones de muestra sirven las botellas de cristal de Josep Mª Jujol, colaborador de Gaudí; las mesas de Oscar Tusquets; las butacas de Roll Club de Patricia Urquiola; y, en los pasillos, una rotulación que rinde homenaje a Barba Corsini, famoso arquitecto de la ciudad que diseñó los apartamentos de las buhardillas de la Pedrera. Eso solo por mencionar unos cuantos ejemplos.
Tres conceptos gastronómicos diferentes
Como no podía ser de otra manera, ME Barcelona tampoco se ha olvidado de los gastrónomos de pico fino… y por eso aguarda tres espacios culinarios bien distintos. El grupo Belbo Collection gestiona dos de ellos: Belbo Terrenal, que aboga por una cocina mediterránea contemporánea y tiene como columna vertebral al mar y la tierra; y Belbo Fasto, un italiano con un toque canalla que desprende elegancia y sensualidad. Redondea la experiencia Luma, un espacio de coctelería que homenajea el origen mediterráneo del arte de la destilación, con más de 1.000 metros cuadrados de terrazas ajardinadas.
Cabe mencionar que como novedad, y en línea con el compromiso con el medio ambiente de la marca, el hotel cuenta con su propio huerto urbano que surte de las mejores materias primas a sus restaurantes.
Sus puntos más: un rooftop con piscina climatizada y un balneario para desconectar
Pero la cosa no queda ahí. Porque en la octava planta (y, por ende, con las mejores vistas a la Plaça Catalunya) se sitúa la terraza Rooftop ME Barcelona, que cuenta (para más inri, si cabe…) con una piscina climatizada. Un lugar con unas vistas espectaculares que ofrece como telón de fondo de excepción el skyline de Barcelona.
Además, en el apartado wellness, la apuesta del alojamiento pasa por ofrecer un verdadero oasis de salud y una amplia gama de tratamientos que combinan tradiciones ancestrales y las técnicas más sofisticadas. Todo, en colaboración con Manuel de la Garza, fundador de Égoïste Spa (ganador de once premios “Best Luxury Hotel Spa” en los prestigiosos World Luxury Spa Awards). Personalización, mimo y lujo son el hilo conductor que sostiene la propuesta, con dos cabinas de masaje abiertas tanto a huéspedes como a clientes externos, donde se proponen tratamientos de lo más exclusivos. Asimismo, el hotel cuenta con un espectacular gimnasio equipado con maquinaria Technogym de última generación.
En resumen: más que un hotel, ME Barcelona es un hogar.
*Fotografía por Davide Pellegrini.
