Los tomates sin semillas, las hamburguesas fabricadas con vegetales o el champú Johnson’s Baby. Todo es ciencia. Y la cebolla Sunion, también.
Esta cebolla alterada genéticamente es tan solo la culminación de tres décadas de investigación y trabajo en la cruzada ‘No a las lágrimas’ a través del cruce de varios cultivos para satisfacer nuestras necesidades. “Hay tendencias en los productos”, explica Adam Brady, gerente de marketing senior de Golden Sun Marketing. “En este momento, la tendencia es hacer que los productos sean más convenientes para la preparación”, añade.
La manipulación genética de los alimentos trata de seleccionar los rasgos favorables de los alimentos, eliminando intencionadamente los no deseados. Los agricultores intentan dar o eliminar de los alimentos ciertas cualidades, controlando la forma en la que se cruza la cosecha. ¿El problema? Que todavía no existe una estandarización para alertar a los consumidores sobre qué productos de una tienda han sido modificados genéticamente.