Junto a la familia Bofarull, los históricos propietarios, han estado cocineros como Carles Gaig, políticos como el teniente de alcaldía de Barcelona Albert Batlle, entidades como Amics de La Rambla, clientes y amigos.
Cristina Bofarull ha dicho en nombre de la familia que la historia del establecimiento de la calle Escudellers (junto a La Rambla) empezó en 1835 con una tienda de ultramarinos que se convirtió en taberna y después en restaurante.
«Fuimos creciendo poco a poco. Por eso aquí no entró ningún interiorista ni nada por el estilo, y se entra por la cocina», ha bromeado sobre el laberíntico local.
Ha agradecido la contribución de las anteriores generaciones de la familia, el esfuerzo del sector público, y el apoyo de trabajadores, colaboradores y clientes: «Estamos muy contentos de formar parte de vuestras vidas».
La cena cóctel ha acabado con su discurso, un pastel con forma de caracol y un brindis.