Este logro se ha alcanzado gracias al trabajo científico y técnico del personal del Instituto de Investigación y Formación Agroalimentaria y Pesquera de Baleares (Irfap) y se espera la cura de las 17 variedades restantes en las próximas campañas, según ha explicado la Conselleria en un comunicado.
La irrupción de la bacteria Xylella fastidiosa, uno de los patógenos «más destructivos» para los cultivos leñosos, ha provocado la muerte de cientos de almendros y ha puesto en riesgo la supervivencia de las variedades tradicionales y de un «paisaje agrícola emblemático de Baleares».
En zonas especialmente afectadas, como el municipio de Santa Margalida, la incidencia ha sido tan elevada que prácticamente toda la colección de almendros de Son Real está infectada.
Ante esta situación, el Irfap ha desarrollado un proceso de saneamiento integral con el objetivo de «preservar el patrimonio genético local» y «garantizar la supervivencia de las variedades de almendro propias de Baleares».
El saneamiento no implica que estas variedades sean resistentes a Xylella fastidiosa, ni que el material vegetal se mantenga libre de infección una vez plantado en campo. El material obtenido se conserva exclusivamente como banco de germoplasma con finalidades de preservación e investigación.
Esta actuación se enmarca en uno de los compromisos del Plan de Reestructuración de Frutos Secos en Baleares, que encomendó al Irfap la creación de un reservorio de variedades locales libres de Xylella fastidiosa.
La falta de material vegetal sano en el campo convirtió el proyecto en un doble reto, ya que era necesario sanear las variedades infectadas mediante técnicas específicas y, a la vez, conservarlas en un invernadero de bioseguridad del Servicio de Agricultura que garantizara su protección ante posibles reinfecciones.
El saneamiento de estas 45 variedades asegura la conservación de un patrimonio genético de gran valor, resultado de siglos de selección agraria y adaptación al territorio.
Hoy, el banco de germoplasma de Son Real constituye la colección más completa de variedades locales de almendro de las Baleares y representa un «activo clave para el futuro del sector de los frutos secos, la investigación genética y para la resiliencia ante los efectos del cambio climático».
«Con este hito, el Irfap reafirma su compromiso con la conservación y recuperación de la biodiversidad agraria de Baleares, en estrecha colaboración con el sector productor», han alegado.