Esta estrategia tratará de establecer cuál es modelo de gestión forestal más adecuado para que los bosques absorban más CO2 o para dinamizar la bioeconomía y extraer madera para construcción, entre otros aspectos.
Durante la presentación, la directora general de Cambio Climático y Calidad Ambiental, Sonsoles Letang, ha subrayado que si se quiere reforzar la capacidad de absorber carbono, conservar biodiversidad y asegurar los servicios que ofrecen, «hace falta apostar por una gestión adaptativa y sostenible, basada en evidencia científica».
El proyecto, que ha dado pie a un informe científico llevado a cabo por el Creaf y el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Catalunya (CTFC), concluye que «no hay una manera única de gestionar los bosques que asegure todos los servicios ambientales necesarios».
Según los resultados, cada modelo que se implementa «mejorará unos servicios ambientales y empeorará otros», al tiempo que revela que la gestión forestal, textualmente, se deberá planificar teniendo en cuenta cada contexto local, donde se deberá analizar qué puede ofrecer cada bosque y qué necesita cada territorio.