Allá por abril de 2016, la revista Vice se haría eco de la figura del «ice cream taster» en un reportaje acerca de catadores y/o expertos en alimentos como helados, tartas, fideos o pizzas. Una serie de profesiones en las que el menú se centraliza en un único producto que probar una y otra vez, día tras día.
En el artículo, Louise Bamber llevaba 40 años trabajando como directora de producto en ASDA, y reveló que a lo largo de su jornada podía llegar a comer hasta doscientos cincuenta helados. Pero, ¿qué hace exactamente un catador de helados, más allá del hecho de probarlos?

Los conocidos como «especialistas en sabores» evalúan la calidad del helado basándose en una serie de factores: el sabor, la consistencia, el olor, la textura y el aspecto. Prueban el helado en diferentes etapas de la producción, con una media de 60 muestras al día, sin llegar a comérselo. Lo remueven, saborean y escupen, al igual que en una cata de vinos. Dejan que los helados alcancen una temperatura de 10 ºC para que el sabor y el aroma estén en su punto óptimo. Siempre usando una cuchara de oro para hacer la prueba que les permita degustar el producto y saborearlo al 100% sin que el regusto a metálico interfiera.

En líneas generales, los “maestros del gusto” llevan a cabo pruebas durante la mitad de su jornada y dedican el resto del día a desarrollar nuevos productos y combinar nuevos sabores. Éstos también pueden actuar como representantes de marketing de su organización, desarrollar nuevas mezclas químicas, diseñar concepto de sabores o realizar pruebas de control de calidad.
La leyenda del helado
Dentro de este mundo, John Harrison (nacido en 1942) se convertió en toda una leyenda. En uno de los máximos representantes en esta labor, que trabajaría con la empresa de helados Dreyer’s como «catador oficial». Según un informe mundial sobre Harrison, «sus papilas gustativas estaban tan refinadas que podía distinguir inmediatamente la diferencia entre un 12 % y un 11,5 % de grasa láctea en un producto».
El famoso catador, que podía llegar a probar una media de sesenta sabores al día, también marcaría un antes y un después en la industria con la introducción de cinco nuevos sabores en el mercado, entre los que destacan el de «Cookies n’ Cream» y el de crema de cacahuete con chocolate.