Así, según ha señalado en una nota la citada patronal agraria, en la presente campaña «se han sembrado 2.200 hectáreas, frente a las 2.500 del año anterior, lo que confirma la tendencia descendente de los últimos años», ya que «muchos agricultores están optando por abandonar el cultivo», debido a que «los precios percibidos no cubren los costes de producción y a la escasez de herramientas eficaces para el control de plagas, que además resultan ineficientes y de elevado coste».
La campaña, además, «comenzó con siembras tardías debido a las lluvias primaverales, lo que dificultó las nascencias», de modo que «varias parcelas tuvieron que resembrarse por segunda vez, generando plantaciones muy heterogéneas y con un desarrollo desigual».
Por otro lado, «a pesar de que las plagas obligaron a iniciar los tratamientos de forma temprana, su incidencia final ha sido inferior a la de campañas anteriores». Además, «las altas temperaturas registradas en julio y agosto han afectado gravemente al cuajado, provocando el aborto de numerosos botones florales y reduciendo el potencial productivo del cultivo».
En cualquier caso, según ha detallado la organización agraria, «las cosechadoras ya han comenzado a trabajar en las parcelas más tempranas y los resultados iniciales confirman la tendencia negativa: los rendimientos no alcanzan los niveles medios esperados, situándose por debajo de los 1.500 kilos por hectárea en la provincia de Córdoba».
Por ello, desde Asaja Córdoba han reclamado «medidas urgentes que permitan garantizar la viabilidad del cultivo del algodón, que es estratégico para muchas explotaciones agrarias de la provincia», pero, «sin precios justos, sin herramientas eficaces para la lucha fitosanitaria y sin apoyo decidido por parte de las administraciones, el algodón corre el riesgo de desaparecer del campo cordobés».