Antes de dirigir grandes imperios o pilotar cohetes hasta el espacio, muchos de los nombres más poderosos de la lista Forbes pasaron por cadenas de fast food con condiciones precarias y un salario mínimo. Desde Jeff Bezos hasta el fundador de Binance, Changpeng Zhao han sido un ejemplo de ello.
Allá por 1980 un adolescente llamado Jeff empezaba a trabajar en un McDonald’s de Miami con tareas asignadas como hacer hamburguesas o limpiar baños. De ser ‘el último de la jerarquía’, según traslada Forbes, pasaría a conformar una de las empresas más poderosas del mundo. Para conformar la cultura del éxito de Amazon, bebería de la eficiencia, la dedicación al cliente y de los procesos que de alguna manera definen McDonald’s.

Pero Bezos no ha sido el único que ha seguido ese camino. Al menos 14 multimillonarios empezaron cobrando el salario mínimo entre burgers y bebidas XXL. Changpeng Zhao, fundador de Binance, también pasó por la cocina de McDonald’s antes de adentrarse en el mundo de las criptomonedas.
Sebastian Siemiatkowski, cofundador de Klarna, coincidió con su futuro socio en la parrilla de un Burger King. Y Russ Weiner, creador de Rockstar Energy, cobraba 3,50 dólares la hora en un Wendy’s de California, ocultando el uniforme bajo ropa de calle para que sus amigos no descubrieran su “secreto”.
Otros, como Mark Stevens (inversor en Nvidia y LinkedIn), aprendieron lo que significa gestionar inventario friendo aros de cebolla en Jack in the Box. Y Jensen Huang, hoy al frente de Nvidia, se curtió fregando platos y sirviendo cafés en un Denny’s de Oregón.
Sin embargo, no todos abandonaron la restauración, algunos ascendieron hasta la cima potenciando sus conocimientos y aprendizaje in situ. Peter Cancro convirtió la pequeña sandwichería en la que trabajaba de adolescente en Jersey Mike’s Subs, hoy un gigante con más de 3.000 locales. Steve Ells montó un modesto local de burritos en Denver y acabó creando Chipotle, con 3.800 restaurantes en el mundo. Y Andrew y Peggy Cherng transformaron un pequeño restaurante familiar en Pasadena en Panda Express, una cadena que factura casi 6.000 millones de dólares, reflejando cómo con esfuerzo y dedicación se puede conseguir el éxito desde la ‘nada’.