Personajes

Margaret Qualley y Aubrey Plaza hornean pizzas por primera vez mientras hablan de su próxima película

¿Macarrones en una pizza? En manos de estas dos actrices, cualquier cosa se convierte en algo delicioso, divertido y exitoso.

Caóticas, grotescas y con mucho humo/humor negro. Así han quedado las pizzas que han preparados las actrices Margaret Qualley (Kalispell, Montan, 30 años) Aubrey Plaza (Wilmington, Delaware, 41 años) en su cita con New York Times Cooking para promocionar su película -calificada con las mismas cualidades que las pizzas- Honey Don’t! ,recién estrenada en Estados Unidos y próximamente en salas españolas a partir del 3 de octubre.

Ellas lo han avisado. «Nunca habíamos cocinado pizza antes», y se nota. Aunque Plaza comentara haber sido camarera y anfitriona -pero nunca barman-, ni rastro de dotes culinarias. Eso sí, cómicas, de sobra. Ambas confesaron que la pizza del Domino’s es de sus favoritas y que la pasta es su comfort food, en especial los espaguetis.

Las recetas que eligió cada una de ellas para sus pizzas, dicen mucho de su personalidad. Qualley -actriz de La Sustancia y La Asistenta– se decantó por un conjunto de ingredientes elegantes, como fue mucho queso, tomate, rúcula y aceitunas negras. Por otro lado, Aubrey -una de las protagonistas de la segunda temporada de The White Lotus– optó por una fórmula mucho más singular y en honor a lo que tenía su compañera de rodaje todos los viernes para cenar cuando era pequeña: pennes al vodka. Sí, has leído bien, macarrones en la pizza. ¿Qué podría ir mal?

Además, a esta receta le añadió un poco de miel picante a la vez que pimienta picante, la cual Qualley engulló sin ningún problema. Y es que aunque tenga un pelo y una cara de muñeca, la hija de Andie MacDowel es dura de pelar, tal y como demuestra en Honey Don’t!, donde interpreta a una detective privada que se encarga de investigar un caso que rodea a un culto en las profundidades estadounidenses, donde también conviven Plaza -su más que cómplice-, Chris Evans -el carismático líder de dicha secta- y Charlie Day -otro detective privado-.

Una trama llena de momentos spicy y desconcertantes que promete unas buenas risas y un final sobretodo, inesperado. Igual de inesperado, que cuando Qualley dijo que si Plaza fuera una comida, sería una gominola de vitaminas. Todo en su buen y bonito sentido. Esta le devolvió ‘el piropo’ y le dijo que Margaret sería un bol de yogurt búlgaro «deliciosa, dulce y guapa».

Finalmente, a la que sacaron sus pizzas del horno, un tanto hinchadas y según Aubrey «demoniacas», dijeron que si tuvieran que llevar a la otra a un restaurante de su ciudad natal sería, por parte de Qualley sería a casa de su padre para degustar unas jugosas tortitas. En cambio, la respuesta de Plaza fue más elaborada: «la llevaría a The Charcoal Pit, para que probase el pastel misterioso típico de Delaware, scrapple -pastel de carne de cerdo y maíz-«.

Tras probar ambas de sus pizzas y sorprenderse al conocer que la pizza de Plaza, en efecto, estaba rica, dijeron una verdad universal: «No te puedes equivocar con una pizza».