CÁDIZ, 17 (EUROPA PRESS)
Una investigación de la Universidad de Cádiz (UCA), liderada por Carmen Morales-Caselles, del área de Ecología y adscrita al Instituto de Investigación Marina (Inmar), ha revelado que los plásticos agrícolas pueden alcanzar el mar tras las lluvias intensas, llegando a viajar más de 100 kilómetros desde tierra hasta el fondo marino.
Así, se ha advertido que la contaminación por plásticos en los océanos es «una de las crisis ambientales más urgentes a nivel global», y que aunque comúnmente se asocia a productos de un solo uso o desechos procedentes de la pesca, este estudio ha identificado «una fuente significativa y hasta ahora poco reconocida», como son los residuos plásticos provenientes del sector agrícola.
En una nota, la UCA ha señalado que la agricultura utiliza actualmente unos 12,5 millones de toneladas métricas de plásticos al año en todo el mundo, una cifra que «podría aumentar en un 50% para 2030», principalmente «en forma de films, mallas o sistemas de riego».
Esta nueva investigación, ha señalado la Universidad, «ha demostrado cómo estos materiales no permanecen confinados a los campos de cultivo» y que los cauces de ríos secos, conocidos como ramblas, «actúan como zonas de acumulación de plásticos durante los periodos sin lluvias». Así, cuanto estas llegan de forma intensa, los residuos son arrastrados y transportados hasta el mar, «alcanzando incluso el fondo marino a más de 100 kilómetros de la costa».
El trabajo, desarrollado en la cuenca del Mediterráneo occidental, ha incluido muestreos tanto en tierra como en el medio marino, con la colaboración activa de pescadores artesanales. Los resultados revelan que «el 54% de los residuos plásticos recogidos en las ramblas eran de origen agrícola». Asimismo, en zonas de pesca cercanas a grandes áreas agrícolas, se detectó que «hasta un 20% de los residuos del fondo marino correspondían a plásticos utilizados en prácticas agrarias».
Estos hallazgos, publicados en la revista iScience, suponen «un avance clave» para comprender el alcance real de la contaminación plástica marina, ya que la agricultura «rara vez» se contempla como «una fuente relevante» en las clasificaciones internacionales.
En este sentido, el estudio subraya la necesidad de que tratados y políticas globales en desarrollo, como el futuro Tratado Global de Plásticos de Naciones Unidas, consideren este tipo de emisiones y contemplen medidas específicas para su prevención.
El equipo de expertos en el que se integra la profesora Morales-Caselles propone estrategias de gestión adaptadas centradas en la reducción del uso de polímeros y productos no esenciales, la sustitución por alternativas sostenibles y el fortalecimiento de la responsabilidad compartida entre productores y consumidores.
Carmen Morales-Caselles, investigadora de la Universidad de Cádiz y autora principal de la publicación, lleva años dedicada al estudio del destino de los micro y macroplásticos en el océano global, y ha colaborado con entidades internacionales como la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Unesco.
Este nuevo trabajo no solo visibiliza una fuente de contaminación subestimada, sino que lanza un llamamiento a la acción global para proteger «de forma más eficaz» los ecosistemas marinos.
Este trabajo también es obra de Josué Viejo y Andrés Cózar, ambos investigadores de la UCA también en el área de Ecología, pertenecientes al grupo RNM-214: Estructura y Dinámica de Ecosistemas Acuáticos, y de Enrique Montero, de la asociación Proyecto Ecopuertos.