Las alubias de Tolosa, el bacalao skrei, los berberechos gallegos, las lentejas o las
alcachofas de Tudela son algunos de los ejemplos de las maravillosas materias primas
que hacen disfrutar a sus comensales acompañándolos de un buen vino. Porque aquí, el
maridaje es tan importante, o más, que la comida. Por eso de viernes a domingo su “wine
bar” está más vivo que nunca con el objetivo de que sus clientes puedan disfrutar de una
especial carta de vinos.

llevar por los consejos y el gusto de Frank Trujillo y María Alexandra O., encargados de la
sala. Porque aquí cada sorbo es una experiencia divertida, una cata a ciegas e
inesperada. Ir a Matritum es probar a maridar de una forma diferente, abriendo la mente y
dejándose llevar por sus diferentes propuestas. Vinos como “Inestable”, un vino blanco de
Priorato del que sólo hay en Madrid 100 unidades, o rarezas como “Vimut” o “Tosca de
Lentejuela” de Mario Rovira, son algunos de los vinos con los que podrás maridar tus
platos.