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Marlene celebra 30 años con el concurso más sabroso (y creativo) del Tirol del Sur

Marlene cumple 30 años y lo celebra como mejor sabe: convirtiendo la manzana en musa. La “Hija de los Alpes”, como se conoce a la marca nacida en el Tirol del Sur, ha lanzado un concurso que suena a planazo absoluto para foodies, amantes del arte, inquietos musicales y plumas literarias. Todo vale, siempre que nazca de la creatividad… y de una manzana.

El premio no se queda corto: un viaje de siete días al Tirol del Sur, alojado en una auténtica masía del Gallo Rosso, para convivir con las familias productoras que dan vida a este territorio alpino de postal. Y para la categoría Cocina, Marlene sube la apuesta: una pasantía de una semana con el chef tres estrellas Michelin Norbert Niederkofler en su Atelier Moessmer en Brunico. Alta cocina, alta montaña y altas expectativas.

Pero la sorpresa final es digna de aniversario: entre todas las candidaturas, un jurado especial escogerá la obra que mejor represente los valores de Marlene. El premio: 30 días de vacaciones en Alto Adige – Südtirol. Un mes entero respirando aire alpino, casi poético.

El desafío para los participantes es claro: crear una receta que cuente –a través del sabor– el origen, la variedad y las emociones que despierta una manzana Marlene. Para inspirarse, basta con darse un paseo por la web de la marca, donde el propio Niederkofler comparte su diario culinario y combinaciones tan sorprendentes como Granny Smith con albahaca canela o Golden Delicious con queso azul Golden Gel.

También hay recetas del chef para encender la chispa creativa, como su ensalada de hierbas silvestres, queso de cabra y Royal Gala, coronada con nueces tostadas, chips de verduras y un toque de frambuesa.

¿Y cómo distinguir cada variedad? Ahí entra en juego la Rueda de los Aromas, la guía definitiva creada por los “sumilleres de la manzana”, expertos que han clasificado cada sabor, textura y aroma para convertir a la fruta más cotidiana en un verdadero universo sensorial.

Treinta años después, Marlene sigue recordándonos que una manzana no es solo una manzana: puede ser arte, música, literatura o alta gastronomía. Solo hace falta inspiración… y un buen mordisco alpino.