El grupo de restauración conocido por combinar la calidad, la excelencia culinaria y el diseño en ubicaciones insólitas acaba de abrir su segundo restaurante en Mallorca. Esta vez, lo ha hecho en un espacio único que colinda con el museo contemporáneo de la isla conocido como Es Baluard.
En conexión con su entorno, MARiLUZ se integra con la naturaleza, con el mar y con la gastronomía local a través de un concepto abierto desde la salida del sol hasta bien adentrada la noche; permitiendo a los comensales disfrutar de su oferta durante todo el día.


Con un diseño minimalista firmado por Sandra Tarruella, el restaurante combina materiales naturales como madera de olivo, alfarería de fang y llatra, respetando el entorno de la muralla y el puerto. Mientras tanto, si salimos a la zona exterior, la terraza crea un juego de espacios entre esculturas, vegetación y un espejo de agua.
Arte culinario
Dentro de la carta, podemos encontrar platos para desayunar o brunchear como ensaimadas, croissants, zumos naturales, tostadas especiales o huevos. Para la comida, el restaurante despliega opciones de tapeo elevado como tumbets, ensaladas frescas y arroces, que son la gran especialidad del local; como podría ser el caldoso de cigalas o el arroz verde de salicornia y cocochas.


Más allá de los arroces, su chef Alex Durán coge inspiración del Mediterráneo y del producto local para llevar a cabo delicias como el crudo de pez limón, la croqueta de bogavante, la gambita de cristal crujiente con aguacate o la berenjena asada con sobrasada. Las pastas, al igual que en el resto de restaurantes del grupo, adquiere protagonismo a través de platos como los tagliolini cipriani con anchoas y limón o el paccheri con salmonetes y tomatitos. Si nos centramos en los pescados, la escorpora frita o la lubina con espárragos, brócoli y puré de chirivía coexiste con carnes como el cabrito lechal con manzana asada o el solomillo a las tres pimientas.
Al atardecer, con vistas permanentes al puerto y a la catedral de Palma, se puede disfrutar desde su terraza de un cóctel como antesala a la cena iluminada por la luz de las velas y las estrellas.



Para ponerle la guinda a la experiencia, MARiLUZ propone postres refrescantes como el sorbete de limón con aceite de oliva virgen y albahaca o el coulant de almendra mallorquina con helado de café para los más golosos.
Todo ello puede acompañarse de manera líquida con una carta de vinos y una cuidada selección de etiquetas nacionales y mallorquinas además de una destacada variedad de vinos naturales y ecológicos.