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La boda de Jack Antonoff y Margaret Qualley en Long Beach Island, Nueva Jersey, se convirtió en el epítome del stardom y de la élite artística estadounidense. Pero un día antes de la ceremonia, el viernes noche, se sucedió un episodio multitudinario, caótico y desconcertante cuando cientos de swifties rodearon a Taylor Swift cuando salía del restaurante en el que compartió mesa con personalidades como Cara Delevigne, Zoë Kravitz o Channing Tatum, entre otros, durante la cena de ensayo de Antonoff.
Se corrió la voz de que Swift estaba presente en la cena, lo que provocó toda una vorágine de admiradores que esperaron fuera del restaurante para ver al icono pop. Un comportamiento controvertido que no tardó en ser criticado por infinidad de creadores de contenido de TikTok. Algunos incluso dijeron que Swift parecía asustada mientras era escoltada por su red de seguridad.
Más allá de ese episodio, la frustración también se vivió de manera local. Pues los habitantes de LBI echaban humo por la fanfarria que rodeaba la boda de Antonoff y Qualley, con bares y restaurantes abarrotados durante su estancia, mientras otros cerraron por completo con motivo de la boda. La ceremonia y el banquete tuvieron lugar en Parker’s Garage y Bird and Betty’s, en la zona de Beach Haven.
Parte del enfado se debió al hecho de que la competición anual de pesca de LBI, que tuvo lugar el mismo fin de semana, se vio perturbada por las multitudes y la presencia policial relacionadas con la boda.