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Las bodas de oro de un legado familiar hecho de vides, tradición y vanguardia

Bodegas Tinto Pesquera, impulsora de la Denominación de Origen Ribera de Duero y alma mater de Familia Fernández Rivera, celebra sus 50 años de historia vitivinícola y nos invita a meditar sobre el futuro.

“Y tú, ¿a qué le dedicarías 50 años de tu vida?” Es la pregunta que nos hace Familia Fernández Rivera en su última campaña con la intención de que reflexionemos sobre el futuro y sobre la pasión, dos pilares fundamentales en su historia. ¿El motivo? La celebración de los 50 años que cumple Bodegas Tinto Pesquera, la piedra fundadora de este grupo empresarial que comprende también Condado de Haza, Dehesa la Granja, El Vínculo y su hotel, AF Pesquera. Medio siglo de historia vitivinícola que ensalza el éxito cosechado durante su trayectoria y que les anima a tener la mirada siempre puesta en el futuro, pero manteniendo su esencia original. Una esencia que se remonta a 1972, año en el que sus fundadores plantaron las semillas de Tinto Pesquera, volcando todo su esfuerzo y tesón en la creación de estas bodegas ubicadas en el corazón de la Ribera del Duero.

Hoy esas bodegas cuentan con unas sólidas raíces. Tanto es así que se ha convertido en un proyecto vitivinícola familiar que ha sabido adaptarse y crecer a lo largo de todos estos años, renovando su identidad e imagen sin miedo a los nuevos mercados, y que puede presumir de tener en la actualidad a la segunda y tercera generación trabajando en el grupo para seguir siendo un referente en el sector enológico español e internacional. “La esencia de estos 50 años ha sido apostar y creer en el vino, manteniendo un trabajo constante y bien hecho, que seguimos manteniendo con ilusión […] es muy importante sentirse satisfecho y crecer profesional y personalmente”, explica Lucía Fernández, directora general de Familia Fernández Rivera e hija de los fundadores.

Pero ¿cuál es la razón de toda esta dedicación? Está claro: es el amor por la tierra, por su pueblo Pesquera de Duero (Valladolid), su magia, sus posibilidades, su riqueza y sus aprendizajes. Una pasión que viene de muy atrás, en concreto de un lagar de piedra del siglo XVI, donde encuentra su origen el grupo actual Familia Fernández Rivera y donde se elaboraron los primeros vinos. Se puede decir que fueron unos visionarios porque gracias a la elaboración de estos vinos se comenzó a hablar del potencial de la Ribera de Duero que, más tarde, daría lugar a la propia D.O. Y es que ellos entienden que el vino es el mejor homenaje posible, la mejor forma de transmitir medio siglo de historia. Un producto único que hoy se comercializa en más de 70 países y que resulta del trabajo de un equipo de más de 120 personas.