Cohete, la última creación de Grupo Tragaluz, no es sólo un local, es un ecosistema nocturno, un artefacto listo para despegar desde el núcleo de la Diagonal barcelonesa. Gastronomía, diseño, música y deseo se funden en esta nave de dos niveles que promete viajes culinarios y noches memorables.


Todo empieza con La Terraza, un jardín urbano en el que evadirse de la ciudad, con mesas que se llenan de platos viajeros como el ceviche de corvina picante con aguacate y maíz, o ese Tom Yum de langostinos al más puro street food asiático.
A un lado, camuflado tras una puerta sin nombre, G SPOT late en su propia frecuencia. Techno elegante, house y DJs que no necesitan presentación y una pista que se activa al caer la noche. Al fondo, una mesa de billar, luces bajas y ese espíritu sci-fi que lo atraviesa todo.


Arriba, el ritmo se acelera. Cohete Bar es una barra larga, de esas que exigen tiempo, silencio y confianza. Aquí no hay reinterpretaciones ni travesías innecesarias: cocina oriental de raíz, que versionan Marcelino Jiménez y su tribu para dar lugar a platos como el Xiao long bao de cerdo duroc con soja negra, el tartar de atún con arroz de sushi o las gyozas de bacalao, y poder continuar bailando sin parar hasta que cierre el club.