Opinión Salvador Sostres

Grey Flannel, el deber de oler a limpio

Gray Flannel es un aroma indiscutible, muy de vueltas de tendencias y de modas. Una fragancia polémica, controversial, los amores y los odios se distribuyen a su alrededor con mucha, demasiada intensidad. La nariz que hay detrás de Geoffry Beene, una magnífico modisto de los años 70 en Nueva York, años a los que también pertenece su magnífico perfume, que lo mismo apasiona que violenta, por su majestuosidad, por su contundencia. Grey Flannel son violetas para hombres, cama recién hecha en una cabaña sin calefacción. Es una fragancia con mucha clase, compleja, floral y jabonosa, nada dulce, a años luz de los algodones de azúcar que venden ahora. Portarla en citas, en el trabajo, en compromisos sociales es ir perfectamente vestido, caminar con las manos en los bolsillos sabiendo que podrías sacarlas en cualquier momento y arreglar el mundo. Merece por completo la pena hacerse con varias botellas, porque el precio es irrisorio y vete tú a saber.

Grey Flannel nació en una época en la que las fragancias competían por oler más lejos y marcar territorio. Eran los años setenta, y hasta bien entrados los ochenta, los hombres todavía mantenían las formas en unos niveles que ahora pueden parecer retro o pasados de moda. Y oler a limpio más que recomendable era un deber, lo más elemental que se esperaba de ti. De ahí el éxito de perfumes con olor a barbería con Grey Flannel en cabeza, por ser el más radical entre ellos. Además la gente, en especial los hombres, fumaban mucho -así nos va ahora con el cáncer de pulmón y vejiga- y la fragancia tenía que aguantar el tipo.

Grey Flannel abre con bergamota, gálbano y finos toques de azahar, para rápidamente empezar a mostrar una nota de violeta herbal obscura, donde también intuímos trazos de otros florales como el iris (el narciso, la rosa y mimosa en menor medida).

Lo más atrapante de Grey Flannel es cómo consigue que la parte herbal se equilibre con las flores, donde la dulzura de la violeta y el tono como amarguito de la bergamota están en constante devaneo. Un interesante fondo de notas de musgo levanta la humedad de las maderas, como si estuviéramos visitando un jardín botánico después de la lluvia. No es totalmente realista pero evoca esa idea. La fragancia se vuelve jabonosa, suave, delicada, como un susurro que envuelve la piel, aunque si te pones mucha puede ser desbordante.

Usar Grey Flannel hoy es un poco disonante y no huele a persona joven. Es un producto anticuado que sin embargo cumple con un objetivo mucho más interesante que es el de dar bienestar exclusivamente al usuario. No vas a ganar cumplidos, excepto los de un grupo muy selecto de personas y te sorprenderá tal vez que algunas de ellas no sean tan mayores como ahora puedas creer. Hace poco una compañera de trabajo de no más de 30 años me comentaba que dejaba Grey Flannel en lugares estratégicos para que su chico se diese por aludido pues a ella le encantaba sentirla en él.

Es en efecto un perfume ultra masculino, que hace sentir confiado y maduro. Al ser de salida tan fuerte, a las mujeres les aterra llevarlo ellas. Me imagino que así olerían los mafiosos italianos, y sus sastres y sus pimps en el Nueva York de finales de los 70 y principios de los 80. Inspira respeto. Pero como toda la perfumería de esa época, son joyas en extinción.

Instrucciones para usar Grey Flannel:

No se sugiere a los jóvenes que busquen florales puros, dulces o afrutados (luego salen con que huele a viejo o antigüito).

Adecuado para salidas al parque, plazas comerciales, cine, reuniones, citas en pareja, trabajo, (no se recomienda en playa, ni piscina, pero queda a consideración de cada persona).

Inadecuado para centros hospitalarios.

Con pantalón de vestir o jeans color sólido, regular fit, straight, bootcut, relaxed, corte flare (no rasgados ni decolorados, ni con adornos juveniles, no parachute cut, no joggers, no leggins, no playera sin mangas, no shorts pero esto último queda a consideración de cada persona).

Con camisa manga larga, con un blazer, camisa manga corta, playera tipo polo, playera mangas cortas, con cuello tipo V, cuello de pico, traje tipo americano, guayabera, ropa o traje de lino, trajes estilo inglés, esmoquin incluido. O frac.

Precio: entre 15 y 25 euros, depende de si lo queréis con la bolsita de franela, muy importante.

Debo a los comentaristas de Fragantica.com algunas de las ideas de este artículo, que tanto me ha gustado escribir.