La pasada mañana del 12 de diciembre, el chef Ferran Adriá (63 años) fue premiado con la Gran Cruz del Mérito Naval en el Cuartel General de la Armada. El acto estuvo presidido por la ministra de Defensa, Margarita Robles, y contó con la presencia del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), el almirante general Antonio Piñeiro Sánchez, quien participó activamente en el desarrollo de la ceremonia.
La condecoración reconoce los servicios extraordinarios prestados por Ferran Adrià en apoyo a la Armada española, así como su contribución al desarrollo y prestigio de la especialidad de hostelería dentro de la institución. El chef mantiene un vínculo histórico con la Armada desde su servicio militar obligatorio, que realizó como cocinero en Cartagena, una etapa previa a la trayectoria profesional que le impulsaría a convertirse en una figura de referencia internacional en la gastronomía.
Durante la ceremonia se proyectó un vídeo que repasó la relación de Adrià con la Armada y su paso por las cocinas militares, experiencia que precedió a una carrera marcada por la innovación y el reconocimiento mundial. Su restaurante, El Bulli, fue elegido en varias ocasiones como el mejor del mundo; además, Adrià fue incluido entre las cien personas más influyentes por la revista Time y distinguido como mejor cocinero de la década por The Restaurant Magazine, consolidándose como uno de los grandes referentes de la gastronomía contemporánea.
En su intervención tras recibir la condecoración, Ferran Adrià destacó el aprendizaje adquirido durante su etapa en la Armada y subrayó valores como «el respeto a los compañeros y al pasado, la honestidad -especialmente cuando te dedicas a la innovación-, la generosidad, el agradecimiento y la normalidad».
Por su parte, el AJEMA, almirante general Antonio Piñeiro Sánchez, agradeció la presencia del chef y ensalzó la labor de los profesionales de cocina embarcados en los distintos buques de la Armada. Recordó que «cuando estás a cientos de millas de puerto y la rutina se vuelve exigente, un buen plato es mucho más que una comida: es una celebración», y destacó que los cocineros son responsables de uno de los aspectos más humanos de la vida en la mar, la camaradería. Añadió que «tu nombre navega con nosotros en cada buque, en cada cocina y en cada persona que descubre que la pasión puede convertirse en una forma de engrandecer a España».
La ministra de Defensa, Margarita Robles, cerró el acto con palabras de reconocimiento hacia el cocinero, agradeciéndole «su normalidad, humanidad, sacrificio y compromiso», valores que, según subrayó, representan fielmente a la Armada española. Robles recordó sus visitas a buques de la institución, donde ha podido degustar elaboraciones preparadas «con tanto amor y cariño» por los cocineros embarcados. Para finalizar, destacó que esta distinción -a Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco- simboliza el aprecio de la Armada hacia quienes contribuyen al bienestar de las dotaciones y al fortalecimiento de sus valores tradicionales, una condecoración cuyo diseño incorpora los colores de la bandera de España, heredados de la tradición histórica iniciada en 1785 bajo el reinado de Carlos III y unificada definitivamente en 1843 durante el reinado de Isabel II.