El verde brillante que reluce en las redes está ahora compartiendo pantalla con otras variantes como el marrón. Porque hay vida más allá del té matcha, el hojicha se está abriendo camino como una de las grandes alternativas a la bebida japonesa viral, y a la inflación que le acompaña.
El hojicha es una variante de té japonés que originalmente -al igual que el matcha- estaba asociado a determinados rituales y ceremonias tradicionales. De esa esfera, el té iría evolucionando como un producto, que, a pesar de ser nicho, está ganando cada vez más popularidad a nivel global por todos los beneficios que proporciona. Desde contener niveles más bajos de cafeína, hasta su mejora del rendimiento cognitivo, especialmente en tareas de memoria y concentración; mientras combate la fatiga de manera gradual.
Esta clase de té logra calmar el cuerpo y la mente gracias a la l-teanina, un aminoácido que reduce el estrés. Además contiene antioxidantes que refuerzan el sistema inmunitario y protegen la piel contra la oxidación. Entre ellos el EGCG, que se encarga de combatir las bacterias que generan las caries y el mal aliento.
Siguiendo la estela del matcha, el hojicha también está versionándose como cóctel o «latte» con distintas frutas para dan lugar a iteraciones como la «strawberry», o a un Espresso Martini con hojicha, proporcionándole todas sus propiedades a la bebida en cuestión, así como sus notas de nuez, cacao y madera.
La preparación del té hojicha es muy similar a la del matcha. En un cuenco, añade 1 o 2 cucharaditas de polvo a un poco de agua caliente y mézclalo enérgicamente con una chasen de bambú. A continuación, puedes combinarlo con leche caliente, o, si lo prefieres, hacer la versión «iced» con un vaso con hielo y leche o alguna bebida vegetal.