Los avances en la ciencia y en la tecnología aún no han logrado conseguir cómo evitar que el hielo se derrita, más allá de su mantenimiento en congeladores o en neveras portátiles que puedan retrasar su disolución. Dos investigadores se pusieron manos a la obra para descodificar el enigma y dar con la solución.
Detrás de esta propuesta revolucionaria se encuentran el dúo de científicos conformado por Jiahan Zou y Gang Sun, quienes han desarrollado el llamado «hielo gelatinoso» que se transforma en gelatina cuando se descongela, y puede volver a congelarse.
Todo empezó cuando la científica especializada en alimentación Luxin Wang les retó a crear una alternativa reutilizable al hielo normal, debido a su preocupación por la posible propagación de patógenos en las tiendas de comestibles, donde había visto mariscos expuestos sobre hielo derretido.
Zou y Sun empezaron la investigación observando cómo se congelaba y descongelaba el tofu. Un alimento que retiene el agua en su interior pero cuando se descongela, libera el agua. De ahí pasaron a hacer la prueba con la gelatina, un producto comestible que -a su vez- puede retener el agua debido a su composición de largas cadenas de hidrogeles con poros. Las pruebas iniciales demostraron que el hidrogel puede retener agua al pasar de congelado a descongelado sin comprometer la integridad estructural.
Tras años de optimización y desarrollo, ambos han patentado un método sencillo para crear una fórmula de hidrogel compuesta en un 90 % por agua: bloques de gelatina helada que se pueden moldear en cualquier forma o diseño y son compostables. En este sentido, más allá de los beneficios sostenibles y el menor costo, la gelatina helada podría suponer un antes y un después en la industria. Tan sólo habrá que esperar a que ésta se lance al mercado.