El restaurante de Louis Vuitton reabre sus puertas una temporada más en la costa francesa de la mano de Arnaud Dockele, en la dirección culinaria, y de Maxime Frédéric en la de repostería. La Maison se instala así de nuevo en el hotel White 1921 de Saint-Tropez para servir el lujo gastronómico a sus comensales con un menú inspirado en platos «internacionales, disruptivos y culturales».

El chef Arnaud Donckele y el famoso postrero Maxime Frédéric han presentado un menú de temporada centrado en la cocina francesa y mediterránea, con guiños internacionales que evocan la filosofía ‘viajera’ de la marca. Entre los platos estrella se encuentran la carne de Wagyu, servida en un caldo sazonado, y la langosta azul a la parrilla, acompañada de una salsa infusionada con shiso.


Con el fin de que los visitantes puedan vivir la experiencia en todo su esplendor, Vuitton presenta el menú ‘Grand Voyageur‘, por un precio de 230 euros por persona (sin maridaje), con algunos platos en formato reducido como el cappuccino frío de guisantes del jardín de Grimaud con verveina y verduras marinadas, los linguine con lagonstino o el salmonete a la meunière con algas, cítricos y caviar. El postre llega de la mano de una timbale helada de fresas y una meringue soufflée de limón y avellana.


En cuanto al diseño del restaurante, éste se viste de la iconografía de la marca francesa, con mesas auxiliares en forma de baúl y una vajilla de porcelana diseñada por Limoges, impregnada del monograma de la colección «Objects Nomades». Los mismos motivos florales se trasladan, de igual forma, a los postres con los que finalizar el viaje culinario de LV.