Capsa Food ha decidido llevar a cabo una nueva inversión en Naria, la ‘startup’ que ofrece «una solución ágil y transparente» mediante un sistema de digitalización de los potenciales desperdicios alimentarios en la cadena, llevando estas a donaciones de alimentos «que favorece la inclusión social de las personas que sufren la necesidad de recibir la ayuda alimentaria».
España cuenta con un desperdicio alimentario total de 7,7 millones de toneladas al año, equivalente a una media de 163 Kg anuales por persona, según ha informado Capsa Food en nota de prensa. El porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social en España ha aumentado hasta el 21,7% en el último año.
A través de la plataforma ‘naria’ (Nadie Sin Su Ración Diaria) se ofrece una solución «polivalente, ágil y transparente» que, mediante un sistema de digitalización de los productos cortos de fecha, lleva las mismas a donaciones de alimentos favoreciendo la inclusión social.
Dado el potencial de la herramienta para resolver grandes retos en la cadena alimentaria, Capsa Vida ha decidido incluirla en su estrategia para el desarrollo de la alimentación del futuro «con un claro propósito de impactar de forma positiva en las personas, el medio ambiente y las economías rurales».
En línea con esto desde Capsa Food se está llevando a cabo una prueba de concepto con ‘naria’ que busca gestionar de manera más eficiente productos cortos de fecha industriales. Este proyecto de innovación social se suma a otros proyectos como el Proyecto Biofactoría, que busca el mejor aprovechamiento de estos residuos agroalimentarios o el Proyecto BioFab, en colaboración con la start up Entomo, que a través de un proceso de bioconversión basado en insectos logra la conversión de subproductos en materias primas de origen renovable para alimentar suelos y animales.
EL DESPERDICIO DE ALIMENTOS EN ESPAÑA
Según el último informe publicado por la fundación PWC, en España, según los datos que maneja el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, se estima un desperdicio alimentario total de 7,7 millones de toneladas al año, equivalente a una media de 163 Kg anuales por persona.
Además de las pérdidas económicas y alimentarias, el desperdicio alimentario conlleva un impacto medioambiental, tanto en huella de carbono como en desperdicio hídrico, y representando en España, aproximadamente, 47,4 millones de toneladas de CO2 y 1480 hm3 de agua desperdiciada al año, respectivamente.
La pérdida de suelo para la producción de estos alimentos es otro de los impactos asociados, repercutiendo en la disminución de los recursos naturales disponibles y la pérdida de biodiversidad e integridad ecológica.
«Llevamos cuatro años trabajando en la digitalización del tercer sector para que los alimentos en buen estado puedan llegar a las familias que más lo necesitan. Nuestro propósito es poder mejorar la vida de las personas en situación de inseguridad alimentaria mediante nuestra tecnología», explica Kilian Zaragozá, CEO de ‘Naria’.
El director de Corporate Venturing de Capsa Food, Rubén Hidalgo, ha destacado que «si se aprovechase la comida que acaba siendo desperdicio alimentario, se podría solucionar prácticamente el problema de personas sin suficientes recursos alimentarios». «Además, este tipo de desperdicio es una parte importante del problema medioambiental, en forma de emisiones y uso inadecuado de recursos. Por tanto, debemos poner la tecnología al servicio de este gran reto y ser más rápidos en la implantación de soluciones», ha dicho.