Hay sueños que se cumplen mejor en compañía. Es lo que les ocurrió a José Luis Gómez y Laura Rojo cuando se encontraron: materializaron al fin su objetivo de elaborar grandes vinos en España y llevarlos a todos los rincones del mundo que conocían. Hoy han pasado casi 20 años desde el comienzo de su proyecto, Casa Rojo, y el resultado del minucioso trabajo es un patrimonio en viñedo propio que se extiende a lo largo de 38 hectáreas en dos zonas vinícolas, Ribera del Duero, con la bodega de Curiel de Duero recién inaugurada, y Región de Murcia (Jumilla), con el Paraje de La Raja.
De esta forma consiguen diversificar y crear vinos de perfiles diferentes que son la representación de un suelo, un clima y una biodiversidad particular. Siempre con una apuesta clara, traer al mundo elaboraciones sólidas y basarse en la precisión, el diseño y la libertad creativa a la hora de hacer vino y de transmitir lo que es Bodegas Casa Rojo. La segunda parte de su sueño también se hizo realidad, ya que sus vinos están presentes en algunos de los mejores restaurantes del mundo –en Tokio, Nueva York, Milán, París, Zúrich, Londres o Madrid– para trasladar al mundo de la restauración la esencia de esta casa.


Aunque sus variedades principales son la garnacha y la monastrell, en Jumilla, y la tempranillo y albillo mayor, en Ribera del Duero, cuentan también con otras uvas que aportan riqueza e identidad a los vinos. Pero si hay una etiqueta que resume esa visión, ese equilibrio entre técnica y sensibilidad, es Minami. Elaborado en el corazón del altiplano murciano, en la falda norte de la Sierra de la Pila, Minami 2021 acaba de recibir uno de los reconocimientos más prestigiosos del sector: la Medalla Gran Oro en el certamen internacional Mundus Vini. Un coupage de monastrell y garnacha que ha sido definido por el jurado como “el vino de mayor complejidad y equilibrio del mundo”. Un reconocimiento que premia una añada y una forma de entender el vino desde la parcela, el respeto y la decisión humana.