Las ayudas contarán con un presupuesto de 88 millones de euros, procedentes tanto de las administraciones regional y nacional como de la Unión Europea (Feader), ya que se enmarcan en el Plan Estratégico de la Política Agraria Común (Pepac) de España 2023-2027. De ese montante, 22 millones de euros (el 25%) se reservarán para entidades del sector hortofrutícola, según una nota del Gobierno andaluz.
Esta línea de subvenciones se dirigirá tanto a pymes como a grandes empresas dedicadas a la transformación, comercialización y/o desarrollo de productos agrícolas y alimentarios que desarrollan su actividad en Andalucía.
El Gobierno andaluz dice perseguir objetivos como «potenciar la competitividad y sostenibilidad de las empresas agroalimentarias a través del incremento de sus consumidores potenciales y la conquista de nuevos mercados».
La Junta de Andalucía busca también apoyar al sector en la mejora de la gestión de los procesos y la reducción de costes de producción; así como en el aumento de la seguridad y del valor añadido de los alimentos y bebidas que se elaboran en Andalucía.
Para lograrlo, se subvencionan inversiones de diversa índole como la construcción, adquisición y mejora de bienes inmuebles de carácter productivo; la compra e instalación de nueva maquinaria y equipos; o la adquisición y desarrollo de programas informáticos, patentes, licencias y marcas registradas.
Estos incentivos también cubren costes generales de los proyectos de mejora relativos a honorarios de arquitectos, ingenieros y consultores; y la contratación de servicios de consultores externos y de certificación relacionados con la implantación de sistemas de gestión de la calidad.
El Gobierno andaluz prevé que las pymes y grandes empresas agroalimentarias andaluzas «tendrán mayor facilidad» para avanzar en la orientación de su producción a la tendencias del mercado actual; para mejorar tecnológicamente los procesos de manipulación y transformación de los alimentos; y para optimizar la presentación de los productos.
La Junta de Andalucía espera de igual forma que estas ayudas respalden a las agroindustrias en otras cuestiones como su apuesta por la fusión o la integración en cooperativas para ganar posición de mercado; por invertir en el desarrollo de nuevos productos y en la diversificación de la oferta; o por mejorar su eficiencia energética y reducir el impacto ambiental de los procesos productivos.