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4 pasos para catar una cerveza artesana

La cerveza artesana tiene unas cualidades organolépticas que completan y complementan la experiencia de beberla. Antes de comenzar a catar una cerveza hay que resaltar un par de puntos.

El primero es el recipiente. Las jarras de barro o los vasos de tubo son inadecuados. Cada estilo tiene uno o dos formatos que realzan sus cualidades. Lo mismo ocurre con la temperatura de servicio.

El segundo es la espuma. Ésta debe ser viva y brillante, y aunque el color puede variar ésta siempre ha de perdurar, ya que protege de la oxidación. Para que ésta se forme es necesario servir correctamente la cerveza, con una inclinación adecuada a cada estilo.

Los cuatro pasos a seguir por orden son:

– Apariencia

– Aroma

– Sabor

Balance malta/lúpulo

Retrogusto

Sensación en boca

– Impresión general

Ver. Observar con detenimiento relacionando las impresiones es saborear con los ojos. Con la vista podemos aprender si una cerveza será más refrescante y bebible, o tendrá mucho cuerpo. Si ha sido elaborada con maltas pálidas, caramelizadas o torrefactas. También podremos saber si está muy carbonatada, e incluso si el CO2 es natural o ha sido inyectado. Apreciaremos además si está filtrada o tiene la turbidez típica de la levadura en suspensión.

Oler. El aroma y su pureza nos hablan de los ingredientes usados y de su frescura. Normalmente el olfato nos dice si predomina el lúpulo, la malta, la levadura o existe balance. Cada uno nos dará muchas pistas sobre el producto que vamos a beber.

Saborear. Al meter la cerveza en la boca y después tragarla se producen múltiples sensaciones diferentes. Cuando enjuaguemos las papilas y posteriormente traguemos podremos identificar las notas que dejan las maltas, el agua, el lúpulo y las fermentaciones que haya tenido. El retrogusto nos puede traer dulzor, acidez, amargor o la calidez del alcohol. La sensación en boca puede ser la de una cerveza sedosa o con poco cuerpo, pero también decirnos cuanto gas contiene.

Por último, la impresión general es la suma de los conceptos anteriores más la subjetividad. Aquí concluimos si una cerveza nos ha gustado, si pediríamos otra o la tomaríamos en una ocasión diferente, si está balanceada y es fácil de beber o si es muy compleja. En definitiva, qué nos ha parecido. ¡Salud!